CARRERA DE CULTURA FÍSICA DE LA UNIVERSIDAD DE CUENCA
AUTORES: JOHANNA FÁREZ Y MÓNICA REA
CURSO: SÉPTIMO #1
PROFESOR: PHD. JORGE BARRETO
FECHA: MIÉRCOLES 3 DE FEBRERO DEL 2015
"EL EXCESO DE EJERCICIO"
- Decir que los excesos no son buenos para la salud no es nada nuevo. Los especialistas no se cansan de repetir que pasarse con la comida, con la bebida o, incluso, con el trabajo sólo tiene consecuencias negativas para el organismo. Sin embargo, pocas veces se ha hablado de los riesgos de hacer demasiado ejercicio.
- Siempre creemos que cuánto más entrenamos mejores y mayores resultados obtendremos, sin embargo, esta premisa no es real, pues nuestro cuerpo requiere de un tiempo de descanso, de periodicidad y también regularidad, pero sobre todo, necesita recuperarse tras sesiones intensas de ejercicio.
- El ejercicio es una actividad muy saludable tanto para nuestro cuerpo como para nuestra mente. Sin embargo, cuando somos jóvenes muchos de nosotros solemos obsesionarnos con nuestra apariencia y forzamos nuestro cuerpo a realizar más actividad física de la que puede ser considerada sana.
- El estrés originado por el exceso de entrenamiento puede ser motivo de una serie de problemas que se terminan tan pronto se suspende o reduce el horario de entrenamiento. En contraste con la mayoría de jóvenes a los que se tienen que estimular e incluso presionar para que practiquen algún deporte, existe un bajo porcentaje que entrena con demasiada intensidad durante varias horas al día.
- El exagerar en el entrenamiento podría llevarnos a presentar síntomas que afecten nuestra salud, como dificultad para dormir, disminución del apetito, estar constantemente cansado, presentar dolores de garganta y resfriados e incluso, fuertes dolores de cabeza entre otros.
- Con el fin de perfeccionar nuestro cuerpo podemos exigirnos más de la cuenta. Debemos tomar en cuenta que en muchos casos, por ser tan jóvenes, nuestros huesos aún no se han desarrollado del todo por lo que podríamos sufrir lesiones graves; lo que en un adulto es una rotura de ligamento, en un adolescente podría significar una fractura o dislocación de algún hueso.
- Pero ¿cómo evitar que el entrenamiento afecte nuestro estado físico de manera negativa? La solución es consultar con un especialista: si asistimos a un gimnasio podemos recurrir a un entrenador y si realizamos deporte por cuenta propia una buena idea es conversar con nuestros profesores de educación física o con algún amigo o familiar que se dedique al deporte. Lo importante es conocer cuál rutina es la adecuada para cada uno de nosotros y complementarla con una alimentación saludable y balanceada.
- Una investigación con ratas liderada por científicos españoles señala que practicar actividades de resistencia de forma intensa y durante años podría ser, en algunos casos, perjudicial para el corazón, dicha investigación se ha llevado a cabo durante cinco años y ha consistido en someter a un grupo de ratas a una hora de ejercicio diario durante dieciséis semanas, el equivalente a 10 años de entrenamiento diario en el caso de los humanos. Los resultados han mostrado que todas las ratas presentaban signos de disfunción del tejido cardíaco tras pasar ocho semanas corriendo una hora diaria sobre una cinta. Asimismo, tras 16 semanas de ejercicio, el 42% de las ratas deportistas han resultado ser más propensas a sufrir arritmia que sus compañeras sedentarias.
- Los humanos no respondemos exactamente igual que las ratas porque hay factores genéticos que nos diferencian. Pero otros trabajos demuestran que entre los deportistas hay muchos más casos de patologías cardíacas que entre los sedentarios.
- El realizar ejercicio con exceso entrenar demasiado se relaciona tanto con lo físico como con lo mental y en el segundo caso es algo que se da con frecuencia en deportistas de alta competencia.
- Produce un deterioro del rendimiento que si se afianza puede conducir al fracaso. Los factores que influyen son la ansiedad, los deseos de triunfo desmedidos y la falta de dirección adecuada, principalmente en atletas inmaduros que recién comienzan con la actividad. Se estima que 1 de cada 4 deportistas pueden pasar por esta etapa durante su carrera deportiva, pero en algunos casos no se percibe con claridad.
- La primera alerta es cuando el deportista empieza a sentir el entrenamiento como una obligación, un deber, y deja de hacerlo con el mismo entusiasmo del comienzo.
- Cambia el quiero hacerlo por el debo hacerlo, y debido a ello se presentan causas de carácter físico y psíquico.
- Estas causas están directamente relacionadas con el Sistema de Entrenamiento. La mala planificación, la monotonía, el exceso de sobrecarga sin el tiempo necesario de recuperación y las presiones, generan como respuesta el agotamiento físico y mental. En cuanto a las causas físicas tenemos:
- El exceso de trabajo mal encaminado que sucede con frecuencia en jóvenes deportistas con mucho entusiasmo y ansiedad pero que trabajan sin la guía adecuada de un entrenador con experiencia; intensidad y sobrecarga que pueden producir una serie de problemas articulares como distensión de ligamentos, tendinitis y en casos más agudos condritis; fatiga crónica como consecuencia de la mala recuperación se instala la fatiga, que llega a ser crónica y predispone al músculo a las continuas lesiones por acumulación de moléculas que intoxican las fibras disminuyendo el rendimiento; dolor muscular generalizado cuando el organismo está fatigado el aumento de ácido láctico producto del metabolismo aeróbico no se elimina con eficacia y los músculos se adormecen, se tornan rígidos y duele todo el cuerpo.
- Otra causa física es la alimentación deficiente ya que es de suma importancia la alimentación del deportista de alto rendimiento y debe estar bajo supervisión de profesionales. La alimentación debe ser adecuada, completa y suficiente, con una proporción equilibrada de un 65% de Hidratos de Carbono, 15 % de Proteínas y 20% de grasas, con las variaciones lógicas de acuerdo al tipo de deporte. Durante el entrenamiento hay que evitar el descenso de glucosa en sangre ingiriendo algún alimento rico en hidratos luego de una hora y media a dos de trabajo intenso; y la pérdida de peso corporal porque cuando baja el rendimiento deportivo el músculo pierde masa debido a la hipertrofia y el menor estímulo que recibe, lo que trae aparejado un descenso del peso corporal.
- Continuando con las causas, tenemos también las psíquicas que son: Fatiga mental y stress: que se debe al exceso de trabajo, la monotonía y pérdida de interés por la actividad por extenuación física y emocional. Estos factores conducen al stress; conflictos personales como problemas económicos o laborales, distancia al lugar de entrenamiento, mala relación con el grupo, depresión, irritabilidad; problemas de adaptación cuando al deportista le cuesta adaptarse al trabajo bajo la dirección de un entrenador y cumpliendo ciertos requisitos establecidos para el grupo.
- Otras causas psíquicas son: la ansiedad que es muy frecuente en los deportistas que recién comienzan por la falta de experiencia y de maduración y en personas con ansiedad manifiesta; la falta de motivación causado por la pérdida de interés por la actividad debido a la monotonía del entrenamiento, a la falta de progreso y a los malos resultados obtenidos, baja la autoestima con sentimientos de fracaso; y por último factores externos que pueden influir negativamente durante el entrenamiento y la competencia.
- Podemos mencionar a los factores climáticos, la infraestructura inadecuada, en ruido ambiental, etc. A pesar de que existen varias causas de exceso de entrenamiento la práctica deportiva tiene múltiples beneficios, ya que ayuda al buen funcionamiento de músculos, articulaciones y circulación sanguínea, incrementa autoestima, ayuda a mantener una vida sexual y laboral más plena, y libera de tensión y estrés. Pero al realizar grandes esfuerzos, tanto a nivel amateur como profesional, puede generar tensión excesiva, física o mental, que da lugar a rendimiento psicológico y fisiológico anormal.
- Los síntomas más comunes por práctica extrema de ejercicio varían de un deportista a otro, pero los más frecuentes son los que conforman el denominado síndrome de estrés en el entrenamiento como por ejemplo: Cansancio pronunciado, falta de motivación y escaso deseo de entrenar y competir, pérdida de peso y disminución del apetito, alteraciones en el sueño, con dificultad para dormir o despertar, ritmo cardiaco acelerado y variaciones de la tensión arterial en los más jóvenes, el rendimiento disminuye, en personas mayores se altera la coordinación de sus movimientos, mayor sensibilidad a resfriados, dolor de cabeza,depresión, y dolor y rigidez en músculos, lesiones frecuentes, amenorrea (falta de menstruación) en practicantes mujeres, lenta recuperación del ritmo cardiaco después del ejercicio. Es importante destacar que las reacciones ante este problema varían de acuerdo con el sexo del practicante, por lo que a continuación mencionaremos los transtornos más frecuentes en cada caso: Uno de los problemas más frecuentes en hombres, además de los ya hablados anteriormente, tiene que ver con una conducta obsesiva que busca la formación de un cuerpo admirable. En este trastorno mental, conocido como vigorexia, un individuo puede invertir gran parte del día realizando ejercicios sin lograr su objetivo.
En casos más destructivos, consumen hormonas, anabolizantes o esteroides (sustancias que incrementan la masa muscular atrofiándola), se pesan varias veces al día y se obsesionan por ganar unos gramos al cabo de pocos minutos de ejercicio. Sus relaciones personales son escasas, descuidan las amistades, se distancian de su núcleo familiar y rechazan las relaciones sexuales, incluso el más mínimo contacto físico. No se sienten a gusto con su cuerpo y siempre que sea posible evitan mostrarlo desnudo. Asimismo, los hombres que practican ejercicio de manera excesiva muestran niveles inferiores de testosterona con respecto a aquellos individuos con actividad moderada. En cambio, la mujer deportista puede ocasionalmente experimentar un desorden de su equilibrio hormonal, lo cual puede ocasionar una alteración del ciclo menstrual, como oligomenorreas (menstruaciones de menor intensidad), acortamiento del ciclo menstrual, amenorreas secundarias (ausencia de menstruación por unos meses) e incluso esterilidad.
- La frecuencia de estos trastornos es directamente proporcional a la intensidad y duración de la actividad deportiva. Se ha comprobado, por ejemplo, que las mujeres que corren 8 kilómetros por semana presentan ovulación normal, pero las que corren 56 en idéntico lapso experimentan disminución de esta función. Se estima que la situación descrita puede deberse a bajos niveles de grasa en el organismo, elemento que sirve para producir estrógenos.
- Para las deportistas profesionales y las mujeres sumamente atareadas y activas, las amenorreas llegan a parecer un beneficio; pero debe tenerse en cuenta que si esta situación se prolonga por mucho tiempo puede llevar a la desmineralización ósea, que a menudo se observa en las bailarinas jóvenes.
- Lo primero en el tratamiento del sobreesfuerzo físico es identificar la causa del trastorno y detectar los factores externos que pueden estar agravándolo (problemas en la casa, el trabajo, falta de sueño, mala nutrición). Entonces es muy importante que el deportista con este problema descanse y cobre conciencia de que la recuperación de esfuerzos intensos le llevará a una pronta recuperación, no sólo la reducción del tiempo o intensidad del entrenamiento.
- Asimismo, tiene que llevar una nutrición adecuada que le aporte los nutrientes que gasta a través de la actividad deportiva. Todas las lesiones, en especial las debidas a la sobrecarga, deben ser tratadas adecuadamente y consultar a un especialista en medicina del deporte para comenzar un correcto programa de entrenamiento.
- Asimismo, es esencial que se reinicie el ejercicio de manera suave y que paulatinamente se incremente la exigencia física. Los expertos en actividad física recomiendan que los adolescentes realicen, como mínimo, 60 minutos de ejercicio físico moderado a vigoroso todos los días. La mayoría de las personas jóvenes se ejercitan mucho menos de la cantidad recomendada pero algunos, como los atletas, ejercitan más.
- Los expertos confirman que el ejercicio repetitivo que supera los requisitos de una buena salud es un indicio de un comportamiento compulsivo. Algunas personas necesitan realizar más ejercicio que el habitual, por supuesto, como los atletas que se preparan para una gran competencia.
- Sin embargo, numerosos entrenamientos en el día, todos los días, cuando una persona no se está entrenando para competir, es señal de que esa persona está ejercitando en forma excesiva.
- Las personas que son dependientes de la actividad física, por lo general, se van al extremo de priorizar el ejercicio en sus vidas.
"ERES LO QUE COMES, DEBES TENER UNA DIETA EQUILIBRADA EN CONJUNTO CON TU TIPO DE ENTRENAMIENTO"
- Si los entrenamientos son más importantes que los amigos, la casa y otras responsabilidades, puede que esté desarrollando una dependencia hacia el ejercicio.
- Los jóvenes que se ejercitan de manera compulsiva pueden tener una imagen corporal propia distorsionada y autoestima baja.
- Pueden verse a sí mismos con sobrepeso o no sentirse en forma, incluso aunque tengan un peso saludable.
- Quienes hacen ejercicio de manera compulsiva necesitan ayuda profesional por las razones que se han descrito anteriormente. Pero también uno puede ayudarse al hacer lo siguiente: como trabajar día a día para cambiar de pensamiento, por ejemplo al mirarse en el espejo, asegurarse de encontrar al menos algún aspecto bueno sobre uno mismo; cuando se realiza ejercicio, centrarse en lo positivo, en las características que mejoran el ánimo; tomar un descanso de mínimo un día para dejar descansar el musculo y se recupere.
- También controlar el peso realizando ejercicio y comiendo porciones moderadas de alimentos saludables y por eso no intentar cambiar el cuerpo para lograr una figura “perfecta”.
- Hablar con el médico, especialista en nutrición, entrenador deportivo u otro adulto sobre lo que es un peso corporal sano y cómo desarrollar hábitos saludables de alimentación y ejercicios.
- Por esto se supone que el ejercicio y los deportes deben divertir y mantenernos sanos y si se hace ejercicio con moderación, se lograrán estos propósitos.
- Por último, el trabajo del deportista tiene considerable mejoría cuando se le enseñan métodos de relajación que le permiten luchar eficazmente ante estados de estrés. Un especialista en medicina del deporte puede poner a disposición del practicante una técnica que facilite la recuperación de un buen estado físico y psicológico, la cual también deberá ser aplicable antes de una competencia para suprimir la presión, ansiedad o miedo que suele generarse antes de la competición.
CONCLUSIÓN:
- Toda práctica deportiva logra mejor resultado cuando se cuenta con la asesoría de un entrenador o especialista que ayude a la correcta ejecución de técnicas de ejercicios, que vigile y aplique una rutina de ejercicios acorde con necesidades y posibilidades propias, asesore sobre correcta alimentación y dé seguimiento a la evolución física individual sin que sea contraproducente.
BIBLIOGRAFÍA:
- BILLAT Véronique, Fisiología y Metodología del Entrenamiento de la teoría a la práctica. Barcelona: Paidotribo, 2002 RAPOSO Vasconcelos, Planificación y Organización del Entrenamiento Deportivo. Barcelona: Paidotribo, 2009
- http://www.dmedicina.com/vida-sana/salud-y-deporte/como-evitar-la-fatiga-deportiva
- http://www.saludymedicinas.com.mx/centros-de-salud/diabetes/ejercicio/ejercicio-nada-con-exceso-todo-con-medida.html
- http://www.teens.com.pe/2008/08/28/cuales-son-los-riesgos-del-exceso-de-entrenamiento
- http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/01/17/corazon/1295261519.html
- http://joomla.cuda.com.ar/index.php?option=com_content&view=article&id=42:consecuencias-del-sobreentrenamiento&catid=12:articulos&Itemid=30
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